Como diría Jack el Destripador; "vamos por partes".
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En primer lugar, debemos conocer tu negocio. Pero no conocer de saber de que "va". CONOCER de CONOCER. Concretamente queremos saber a que te dedicas, que es lo que vendes y POR QUÉ LO HACES. ¿Qué dolor estás solucionando a tus potenciales clientes?.​​​​​​​
Después de ello, ¿qué estilo audiovisual y comunicativo encaja con tu visión de marca?. Porque ni todos los estilos encajan en cualquier producto o servicio, ni con todos los estilos estarás cómodo. Además, pensando en el futuro, hay que diseñar un estilo sostenible en el tiempo.
Bien, ya te conocemos como si te hubieramos parido... Quizá sea exagerado, pero después de esto te conocemos casi como de un socio de tu negocio se tratase.
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En segundo lugar, sería el momento de planificar, preparar, organizar o como quieras llamarlo. En base a una idea que ya se proporcione o desde cero. Debemos pre-producir. Desarrollo de la idea, busqueda de inspiración, localizaciones, personal, atrezo...  Todo lo necesario para que la producción salga adelante de una manera sólida y fluida.
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Tercero. Producción de ese contenido que hemos preparado con anterioridad. Ya sea foto, vídeo, texto, diseño, web... Pondremos todos los recursos necesarios para el desarrollo de la producción. Seremos serios en conseguir el resultado deseado, pero el buen ambiente no faltará. Porque es importante generar ese "buen rollo" entre ambas partes. Trabajar en equipo.
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Cuarto y último paso. El procesado y entrega. Después de todo este follón, ¿qué queda?. Trabajaremos el material producido con ediciones de color realistas, transiciones atemporales y esquemas comunicativos minimalistas. Una vez esté listo el trabajo, se entregara el resultado final listo para su uso acordado.
Si quieres embarcarte en un berenjenal de este tipo, pero aún no lo tienes claro, escríbenos y hablemos de tu caso concreto.
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